jueves, 8 de febrero de 2007

Tres recetas para soñar con espantos


El otro día descubrí algo maravilloso. No me creerán si les digo que nunca en mi vida he sabido como se hacen las famosas “challas” con que la gente celebra lo que quieran celebrar. Bueno, para aquel que aún no se ha maravillado aún con este singular descubrimiento se los contaré enseguida. Se trata simplemente de agarrar hartas hojas de papel, muchas hojas de papel y de cualquier papel. Luego tomen una perforadora y su música favorita. La música favorita es para que no se aburran mientras pasan toda una tarde perforando papeles hasta llenar el “almacenador” de la perforadora. Tomen una bolsa y vacíen los circulitos redondos de papel conocidos como “challas” en dicha bolsa, repitiendo el mismo procedimiento hasta llenarla...y listo!.

Probablemente he dejado un velo de dudas respecto de cual es la gracia de contar algo que seguramente los pocos asistentes a este blog ya saben. La respuesta es que simplemente el dato de las challas no sirve absolutamente para nada. De hecho mentí...ya lo sabía hacer desde mucho antes. Es más, ni siquiera lo conté con la intención de darles algún dato divertido, ni siquiera pretendo ser divertido en este minuto.

Mi intención era una sola: dejarlos atrapados en el primer párrafo y así darle el suficiente tiempo a mi invitado para entrar a sus hogares burlando toda su capacidad de alerta. Lo mas probable es que yo haya logrado distraerlos un rato contando cosas sin sentido, y así evitar que hayan ido a asegurar sus puertas y ventanas.

Siento decirles que ya es muy tarde para eso y muy tarde para ustedes mi queridos amigos. En este minuto suenan campanas de medianoche de un reloj de pared que ustedes no tienen en sus casas. Sus teléfonos están sonando, recibiendo llamadas de un número desconocido, de una voz desconocida y amenazadora que no tiene buenas intenciones. Y por cierto, aunque tengan todo cerrado, no podrán evitar sentir el chirrido de puertas avejentadas, seguidas de un viento helado y escalofriante. Son los síntomas de que mi invitado ha llegado a invadir sus espacios.

Por favor, no tiene caso que se resistan, es completamente inútil. Sólo les queda resignarse y hacer una cosa: reciban a este forastero y escuchen con gran atención las tres historias que viene a contarles. Ojalá no estén solos o solas esta noche. Basta de hablar, abran la puerta y hagan pasar a... Boris Karloff..

Ahora que el señor Karloff ha entrado y puesto cómodo, trataré de calmar a un despavorido señor director para que les muestre la ficha técnica y así sepan en que los he metido:

Título: I Tre Volti Della Paura (Las tres caras del miedo).
Título Alternativo: Black Sabbath (Sábado Negro).
Año: 1963.
Director: Mario Bava.
Productora: Galatea.
Música: Roberto Nicolosi
Reparto: Michelle Mercier, Lydia Alfonsi (Il Telefono), Boris Karloff, Mark Damon, Susy Andersen (I Wurdalak), Jaqueline Pierreux (La Goccia D’Aqua).


I tre volti della Paura (o Black Sabbath como se la conocía en el mundo anglo), es una de las operas magnas de Mario Bava, director de cine de terror de los años 60’. Este hijo de un escultor, que partiera haciendo montajes para filmes de Roberto Rosselini (entre otros directores); decidió tomar las riendas de sus creaciones y enfocarlas a hacer cine de terror y ciencia ficción. Con muy poco presupuesto, pero con una gran técnica en el montaje y la fotografía logró crear espacios inquietantes y ambientaciones delirantes en sus películas. Una demostración de que no se necesita invocar lo grotesco, la excesiva sangre chocolatada ni monstruos demasiado explícitos para hacer buen cine de terror.

Pero no dejemos que nuestro honorable anfitrión se aburra mientras yo me lleno la boca de alabanzas para el buen Mario. El señor Karloff nos trae tres escalofriantes historias de psicópatas, vampiros y fantasmas. Mientras tanto yo iré analizándolas una por una, para ver si con eso mitigamos un poco el miedo.

1- Il Telefono (El Teléfono): Hay toda una disputa sobre que autor literario se atribuye “El Teléfono”. Los créditos iniciales le dan la autoría a Maupassant, pero según algunos ese fue el seudónimo utilizado por F.G. Snyder para esta historia sobre Rosy (Michelle Mercier), una hermosa y escultural chica sesentera que comienza a recibir amenazantes llamados de una misteriosa voz que en una prosa no muy sutil le expresa sus no muy protocolares intenciones psicópatas, que la llevan a un estado de total desvelo luego de la advertencia: “Prima del’alba Rosy, tu morirai!” que la misteriosa voz le comunica a un petrificado semblante.

De ahí en adelante la historia prosigue para mi en un estado de latencia, esperando el momento en que las proféticas amenazas se tornen en hechos. Entre medio asistimos a un giro bastante peculiar. Vemos como Rosy se apega como única protección a Mary (Lydia Alfonsi), una chica de voz grave con quien tuvo en el pasado una relación lésbica que ahora es sólo despecho. Estos ingredientes van haciendo reacción hasta llegar al desenlace de la historia que la verdad de las cosas sólo nos deja con un gusto seco en la boca acompañado de un: “¿y eso era todo?”.

Es cierto, lo admito. Para ser sincero, he buscado bastante por el ciberespacio cinéfilo tratando de encontrar al menos una buena crítica para “El Teléfono”, y la verdad, debo declarar que es un bien que escasea. Sin embargo hoy no ando con ganas de seguirle el juego a los demás críticos y deberé decir que aunque el guión de la historia y su desenlace son bastante decepcionantes, jugaré a favor de Bava por algunos minutos.

Para empezar la música en esta historia es notable. Son piezas que asemejan a típicas creaciones de Henry Mancini. Su virtud es saber distinguir muy bien el momento cotidiano de una habitación ocupada por una nerviosa moradora que se pasea por sus paredes. Hay giros en la música que saben acompañar muy bien la tensión suspendida en un cigarrillo encendido y otras piezas que saben comunicarnos la existencia de una amenaza externa que se sirve de las líneas telefónicas para inquietarnos. Primer punto a favor.

Otro elemento a destacar es que es una historia en la cual Bava sutilmente estableció límites espaciales tan remarcados que generan una invasión al hábitat basada en la incertidumbre sobre el exterior.

¿Qué?, ¿se enredaron?, les explico. Toda la historia transcurre en una habitación de departamento; las escenas, los cuadros y todo lo explícitamente abordable por el ojo del espectador transcurre ahí. Sin embargo Bava incorpora elementos que nos llevan a deducir que del umbral hacia fuera, algo está acechando. Llamadas telefónicas amenazadoras, misteriosos ruidos de pasos, ojos en las persianas; son algunos elementos que demuestran lo antes dicho.

Y aunque Rosy trate de protegerse (y de protegernos) tapando la mirilla de la cerradura con un paño, no se da cuenta de que sus temores están mas adentro que afuera. Resumiendo: Nos esmeramos en no saber lo que hay afuera, pero lo que hay afuera tiene completa libertad para saber lo que hay adentro. ¿Entienden ahora?...es invasión a la intimidad en estado puro.

Lo siento señores críticos, pero aquí Bava les anotó un golazo y aún no se han percatado.


2- I Wurdalak (Los Wurdalaks): El señor Karloff es el protagonista principal de esta escalofriante historia basada en un cuento de Aleksei Tolstoi. El Conde Vladimir D’Urfe (Mark Damon) entra sin querer en esta historia, todo por culpa de un misterioso cadáver decapitado con una daga incrustada en el pecho, en la rivera de un río, en plena estepa rusa.
La incógnita sobre el cadáver y la daga lo conducen a una casa que sólo existe o en pesadillas, o en aquellos páramos donde sólo los incautos de películas de terror suelen frecuentar. Una vez adentro queda prendido con la belleza de Sdenka, una de las muchachas que viven en la casa, pero como todo héroe-romántico-ingenuo, los ojos de gato de Sdenka hacen que este haga caso omiso al relato que uno de los moradores le comunica.

Al calor de la chimenea, Vladimir escucha como el patriarca de la familia, Gorka (un magistral Boris Karloff) salió un día de casa dispuesto a matar a un peligroso bandido que azotaba la región, advirtiéndoles a sus seres queridos que si volvía después de exactamente cinco días, su familia debía atravesarle el corazón y cortarle la cabeza; pues se había convertido en un Wurdalak, algo así como un vampiro dotado de la extraña costumbre de beber la sangre de aquellos que en vida amó.
Pero en ese minuto Vladimir cree mas en la cabellera rubia de Sdenka y en sus románticas hormonas mas que en las supercherías sobre vampiros. Sin embargo, tras el sonar de las campanas que anuncian el cumplimiento del fatídico plazo, la cosa empieza a cambiar macabramente.

En efecto, como suele suceder en las tragedias, el plazo se cumple y Gorka aparece, provocando completa incertidumbre en su familia. Claro, los plazos y las condiciones de Gorka nunca tomaron en cuenta el supuesto de que este regresara justo en el momento en que se cumple el plazo, por lo que su presencia cubierta de un aura grotesca, inunda todo el espacio de dudas. En el desarrollo de la historia deberemos tratar de averiguar si quien ha entrado en aquella casa es el patriarca protector...o un demonio destructor.

En esta historia subimos un peldaño en cuanto a la calidad del guión. Ya no es tan débil como “El Teléfono”, ya que desde el principio cubre al espectador de una atmósfera tétrica marcada por los primeros hallazgos de nuestro ingenuo Vladimir y por los espacios cubiertos de nieblas, luces degradadas en colores siniestros y el maquillaje al servicio de un vampiro que no necesita colmillos afilados ni ojos con conjuntivitis para causar el mas puro espanto. A eso agréguenle la notable actuación de Karloff.

El tema estético del hábitat vuelve a entrar en el análisis. Si en “El Teléfono” el hábitat era invadido por elementos externos e invisibles, en “Los Wurdalaks” la invasión es mucho mas intensa. El hogar y sus costumbres se vuelven extraños ante sus propios moradores. Todo provocado por la incertidumbre de si la piedra angular de la familia (el patriarca) es la principal amenaza o no dentro del espacio cotidiano. Es la duda lo que va carcomiendo a estos individuos, llevándolos al borde del abismo.

Dicha invasión al ámbito familiar se extiende como una epidemia a través de los demás miembros de la familia de Gorka, hasta llegar a un notable desenlace donde los lazos se vuelven un tanto...trastocados.

Para la memoria pesadillesca la tétrica imagen de Gorka mirando por la ventana. Sin duda un delicioso cuento para hacer dormir a un niño.




3- La Goccia D’Aqua (La Gota de Agua): Perdónenme por favor. Esta vez creo que yo y Boris hemos llegado demasiado lejos. Están a punto de presenciar uno de los mas escalofriantes cuentos de fantasmas desde que se creó este genero de películas de historias cortas.

“La Gota de Agua” lo tiene simplemente todo: Una historia sencilla basada en un cuento de Chejov, pero susceptible a ser adornada por inquietantes detalles: silencios abrumadores, la luz que se revela ante el espectador adquiriendo vida propia, estados de tensión simplemente maravillosos, un fantasma que nos deja los pelos de punta; y un final....uf!.

Helen Chester es una enfermera que en una noche lluviosa es llamada para vestir a una anciana que acaba de morir mientras realizaba una sesión de espiritismo. La pálida y deformada faz de la fallecida nos advierte con cierto espanto que aquí hay que irse con cuidado. Claro que Chester no atiende dicha advertencia cuando sus ojos perciben el brillar de un diamante incrustado en un anillo perteneciente a la anciana. La codicia de Chester no tarda en llegar, sin saber que acaba de abrir la caja de Pandora, claro que esta caja no trae ningún atisbo de esperanza.

Ojalá vuestras conciencias estén libres de culpa. Si no lo están, los invito a pasar una noche en el departamento de Helen Chester, y sean testigos de una pavorosa venganza de ultratumba. Ojalá el silencio no los alcance, porque serán acosados por pequeños detalles domésticos que no les dejará dormir esta noche. Estridentes goteos de agua venidos de la oscuridad, puertas que crujen, el espacio hogareño que de a poco está siendo dominado por un oscuro presagio, gatos invisibles que maullan a lo lejos, etc. Es que de nuevo vemos el espacio cotidiano invadido.

Ya no es lo que está afuera, ni aquellos en quienes confiamos lo que nos amenaza; sino que se trata de nuestros objetos domésticos más comunes que se han coludido con una fuerza del más allá en una conspiración de la cual no les aseguro poder sobrevivir. El final de dicha historia es simplemente de culto.

Antes que despidan a nuestro anfitrión, tengan la seguridad que en sus sueño probablemente lo volverán a ver. Empiecen a acostumbrarse.

En conclusión, Bava creó una obra que va ascendiendo en su tensión, las piezas musicales varían en cuanto a su estilo, lo que diferencia una historia de otra y ya no seguiré hablando del espacio...Bava es amo y señor, lo maneja a su antojo.

Un par de datos freaks ya sobre el final:

1- William Friedkin llevó al extremo en 1973 esta cuestión estética del habitat invadido y amenazados por quienes lo conforman. Dicha amenaza se encarnó en una niña de 10 años que vomitaba azufre, daba vueltas la cabeza en 360° y levitaba su cuerpo mientras se contorsionaba al sentir el agua bendita. Si...ya saben a que película me refiero, pero recuerden: Mario lo hizo primero.
2- Para aquellos que se estaban preguntando, les respondo que no sé, pero me da la sensación que . Es que viendo a un sujeto tan siniestro como Ozzy Osbourne en una banda tan oscura como Black Sabbath, nos da la sensación que no podrían haber sacado el nombre de otro lugar que no fuera esta cinta.
3- Pregúntenle a otros grandes directores de lo grotesco como Tim Burton, Joe Dante o Darío Argento sobre quien es su máximo inspirador, de seguro dirán Mario Bava.
4- Recomiendo otros títulos: La Máscara del Demonio (Black Sunday), Seis mujeres para el asesino, El Planeta de los Vampiros (rareza), Schock y Peligro: Diabolik (esa si que es de culto).

Señoras y señores, si aún se creen valientes en esta vida, les dejo el trailer...ojalá puedan dormir esta noche.

Hasta mañana, y si es que alcanzan a ver el alba, pueden contestar la nueva encuesta y revisar lo nuevo del soundtrack.

S.C.