domingo, 23 de septiembre de 2007

De Susurros y Alaridos


Algunas cosas, así como algunas personas son gobernadas o se gobiernan así mismas por la ley de la motivación espontánea por la cual un impulso venido de no se donde (podemos llamarlo “la vocecita”) nos indica que hacer y cuando hacer las cosas. Para dicho estado emocional que se presenta en las personas tenemos expresiones afines; algunas bastante formales como “me nace”, “tengo ganas”, “quiero hacer esto”, “no tengo ganas”, “como que no me motiva”; hasta llegar a algunas bastante mas coloquiales como “me da lata”, “no estoy ni ahí”, “no me calienta” y el siempre bien ponderado “me da paja”.

Con esto trato de ser bastante sincero en expresar como yo, al igual que muchos mas, somos de los tantos gobernados por dicha ley espiritual, y que a pesar de todos los comentarios posteados en el articulo anterior sobre la película de Bava, a pesar de todos las amenazas telefónicas de muerte, a pesar de las infartantes notas anónimas que me llegaban a la puerta de mi casa prometiéndome oscuras torturas, a pesar de los mensajes psicópatas escritos con sangre en las paredes de mi habitación y a pesar de los siniestros mensajes escritos en el vidrio empañado de mi baño; sólo seguí los designios de la motivación espontánea. Dos preciosos y elegantes párrafos para expresar algo simple: “ME DABA PAJA ESCRIBIR EN EL BLOG TODOS ESTOS MESES!!!”.

En fin, pasó bastante tiempo, pero lo importante es que estamos de vuelta para servirle en su curiosidad por saber como el cine puede ser pretexto para escribir estupideces.
Eso si, en mi defensa puedo decir que durante todo este tiempo me encontraba participando en el rodaje de mi ultima película. Se trataba de una mala versión de un viejo refrito cinematográfico de terror adolescente sobre un joven estudiante de derecho (yo) acosado y perseguido por un abogado psicópata que mata a sus víctimas asfixiándoles la traquea con una ley de quórum calificado...que miedo!. El final es de antología; el muchacho se salva al golpear al psicópata con un incidente de ineptitud de libelo...muriendo finalmente el criminal asfixiado en medio de un alegato.....PELICULÓN!.

Emociones a granel, pero mejor les hablaré de ello en otra ocasión. Ahora me interesa invadirlos con algo más espeluznante. Debo suponer que ustedes muy obedientes se aprendieron hasta el cansancio el artículo anterior sobre “Black Sabbath” e incluso han investigado mas sobre Mario Bava y sobre el género del Giallo Italiano (dale..., sigue soñando, nunca es malo). Bueno, para esta oportunidad les traigo un verdadero delicatessen de un discípulo directo del gran Mario, quien además colaboró en alguna de sus cintas, me refiero a Darío Argento.
Mi siempre fiel y remasterizado director también ha vuelto conmigo, se ha aceitado algunas extremidades como el hombre de lata del Mago de Oz, sacado algunas telarañas del traje y con gusto les entrega la ficha técnica:

Título: Suspiria (Alaridos).
Año: 1977.
Director: Darío Argento.
Productora: Seda Specttacoli.
Música: Goblin, Phillip Glass.
Reparto: Jessica Harper, Joan Bennett, Alida Valli, Udo Kier, Miguel Bosé, Stefania Casini.

A ver...¿como empezamos?; primero advirtiendo que esta cinta sólo la he visto una sola vez y fue bajo los efectos de un exquisito calmante mediterráneo, pero por si sola logró causar suficiente impresión en mi como para querer escribir. Es como esos momentos en que crees que vas a ver una película más de terror y terminas convertido en un conejillo de indias de un científico loco que experimentó contigo la sensación del miedo atacando tus sentidos.


Antes de contar la reacción de esta rata de laboratorio, que tal si primero les cuento un poco sobre la historia: Susy viaja a Freiburg para unirse a una prestigiosa academia de danza ubicada en un lugar alejado de la ciudad, en medio de un siniestro bosque. La escuela es dirigida por una excéntrica dama llamada Madame Blank, secundada por una estricta profesora llamada Miss Tanner; de mirada severa y atuendos negros que te hacen creer que fue sacada directamente del ballet oficial del Tercer Reich; y por un pianista ciego acompañado de su fiel pastor alemán. Al ingresar, Susy traba amistad con Mark, un joven bailarín de puntillas y malla apodado cariñosamente por sus demás compañeras como “El Miguel Bosé”, y Sara, una joven y suspicaz bailarina que de a poco va dando cuenta a Susy de los extraños eventos que se suscitan en la escuela y los cruentos asesinatos que siembran tinieblas llenando el ambiente de misterio inquietante que va creciendo de a poco hasta el desenlace; cuando Susy descubre que la escuela es un oscuro aquelarre de macabras brujas lideradas por una antiquísima y putrefacta bruja madre. Suficiente reseña con eso.

Ahora lo que me interesa es partir de dicho guión y buscar elementos que hagan la diferencia entre Suspiria y cualquier otra película de trasnoche de Chilevisión con argumento similar que tenga algún título chanta como “Sangre en la Academia” o “El Ballet de las Brujas Sanguinarias”. Y tal como lo insinué al principio, la diferencia está en la magistral forma como Argento ocupa elementos del filme que van entrando por los distintos canales sensoriales del espectador hasta converger en una sensación integra de incomodidad y malestar propia del reformado Alexander de “La Naranja Mecánica”.

Hasta donde tenemos conocimiento existe el sentido del olfato, del tacto, la vista, el oído y el gusto más los bonus tracks que son el sentido de la intuición (que sólo las mujeres llaman sentido) y por último el séptimo sentido al que todos nosotros los valerosos caballeros del zodíaco aspiramos explotar algún día. De esos sentidos ya mencionados, al menos dos se experimentan directamente al tomar contacto con un filme. Aunque creo que de alguna manera los otros sentidos son a la vez alimentados por oído y vista, los cuales emiten una determinada reacción.

Ni siquiera escudriñé mis libros de Ciencias Naturales de primero básico antes de haber dicho lo anterior. Solamente trato de explicar como en mi caso, Suspiria fue entrando por los canales más evidentes como el oído y la vista hasta invadir de alguna manera los otros sentidos y llegar a su punto álgido: una sensación íntegra y generalizada, incomoda, siniestra, pero a la vez cautivante y morbosa. Lo mejor es que describa la invasión audiovisual por separado.

Cuando uno se refiere a películas dice “ver”, eso implica que inicialmente uno espera primero el estímulo visual antes del auditivo (no es común cerrar los ojos en un cine para oír una película, salvo que hayas descubierto que dormir en el cine es cien veces mas estimulante que ver a Vin Diesel inflando algún músculo de su cuerpo o dándose un 360 o lo que sea en snowboard, lo cual me parece razonable), por lo tanto la primera invasión es visual.

En dicho aspecto, la influencia de Bava sobre Argento es evidente. La oscuridad es un espejo que refleja la presencia de verdes, azules y rojos en espectrales tonos. Es como apagar la luz de nuestra pieza y la oscuridad que emana de ella es la de una pieza de revelados.
El juego de colores se hace presente en otros aspectos. Las habitaciones surrealistas de la escuela, con rojos fuertes, brillantes y dominantes. El extraño brebaje que la protagonista consume cada noche dejándola en estado de sonámbula llegó a recordarme ese jarrito escolar lleno de agua donde solía lavar mis pinceles obreros de la tempera.

Y por supuesto, el mejor impacto visual en una película de terror: los cruentos y grotescos asesinatos, la sangre intencionalmente falsa, espesa y colorida, la carne desgarrada, corazones latentes a pecho abierto luego de certeras estocadas finalizando la secuencia macabra con cadáveres trastornados en expresiones de muerte traumática. Eso creo que es suficiente para dilatar la pupila.

Mi favorita fue lejos la invasión auditiva. Si ustedes son de los que gustan de parafernalia conceptual y etiquetas, podemos decir que la banda sonora de esta película es algo así como “minimalista” (siempre que oigo esa palabra pienso en “Manimal”, no se por qué) . La combinación sonora está a cargo del músico Phillip Glass, la banda italiana de rock progresivo Goblin y por supuesto, Darío Argento.

La banda sonora crea figuras musicales inquietantes, escalofriantes; capaces de espantar a alguien con los ojos cerrados en una habitación oscura: pasos en el vacío, extraños goteos, susurros, alaridos y no muy agradables ronquidos guturales que no se los deseo a sus novios, novias o amantes luego de culminar una extenuante noche de pasión (si llegara a suceder, arranquen).
La música no está compuesta ni por violines ni orquestas, sino de rock experimental plagados de acordes violentos y otros mas suaves de cadencia espectral y siniestra. El tema “Suspiria” de la banda sonora, adornada con susurros y xilófonos es una pieza ideal para hacer dormir a un lindo bebé (de Rosemary).

Para todos aquellos románticos de la vida que suelen mirar puestas de sol pronunciando bellezas poéticas como “La vida es una canción”, “El soundtrack de mi vida”, “todo lo que me pasa se explica en una canción”; aquí les va un pequeño consejo. Amen la música de ascensor, vibren con las tonadas de supermercado y no olviden saltar y bailar de felicidad cuando a lo lejos escuchen música de acto escolar; porque el día en que se encuentren solos en la noche escuchando Goblin no quisiera estar cerca de ustedes, porque no será precisamente el soundtrack de “sus vidas”, sino mas bien todo lo contrario. En caso de encontrarse en dicha situación, también les recomiendo lo siguiente: aléjense de cualquier ventana, eviten estar considerablemente cerca de cualquier elemento cortopunzante (incluidos los cortaúñas), y si estando solos de noche por la calle ven a un perro, gato montes, armadillo gigante o cualquier espécimen animal de dientes afilados (aunque sea babe el puerquito cantarín)....ARRANQUEN!.

Luego de describir los estímulos audiovisuales al efecto Suspiria me pregunto: ¿existe olfato, tacto, gusto, etc que reaccione ante los estímulos ya descritos?. Lo que se me viene a la mente es que dependiendo de la intensidad del estímulo audiovisual este ocupa canales mentales para llegar hasta los demás sentidos y provocar en ellos una reacción. Creo que ese canal puede ser la sugestión. Si quieren reírse de un ignorante intentando hacer ciencia, se equivocaron de lugar, ya que aquí sólo hay un ignorante dando una idea muy poco científica, pero tal vez no tan descabellada.

Experimentación sensible; al presenciar las muertes grotescas en la cinta, sentí algunas molestias y dolores corporales, en la boca había precisamente un sabor seco y la nariz estaba en neutro, no sentía olor alguno. De alguna manera reaccionaron sugestivamente a lo que el oído y la vista captaron, aunque no sea una captación fiel a lo que se ve o escucha. Pero eso implica además que dichos sentidos estén predispuestos a determinadas reacciones. Es decir, si me meto a un cine a ver una superproducción llamada “Asado Familiar” en la que salen padres e hijos alrededor de una parrilla y de pronto aparece el protagonista que es un agente secreto disfrazado de abastero o sobrecostilla, por mucho que me acerque a la pantalla no empezaré a oler carbón o a degustar fibras, pero si habrá una reacción en dichos sentidos como por ejemplo el efecto lobo feroz...”se hace agua la boca”, en eso si que no estoy mintiendo.


Entonces creo que Suspiria juega con eso. Coloca fuertes estímulos para cada sentido primario (me refiero a la vista y al oído directamente en contacto con la película) y los potencia hasta sobrepasar su propio umbral, viajar por el canal sugestivo y llegar a los demás sentidos, generando una reacción que culmina en una sensación integra de miedo. Entonces hablamos de una propuesta sobre como crear miedo y fascinación, ergo...Argento es un genio!!.

Pero esa fue mi percepción personal,...queda ver que experimentan ustedes!. Para ello les dejo algunas joyitas: Un video corto con algunas imágenes en rojo y un video que muestra como Argento hacia arte de un asesinato. Por favor pongan atención en los decorados, los colores, los sonidos, la música y en general todo lo que les he contado, pero como siempre se recomienda ver la película.. Si no les pasa nada, soy un Fifí que se asusta con cualquier cosa, si lo encuentran incluso “chabacano” me sentiré triunfante...significa que algo experimentaron.



Me despido entonces, espero por menos lapso de tiempo que la ultima vez. En el soundtrack del blog dejé una pieza de Goblin.
Cuídense todos, respondan la nueva encuesta y sigan mis advertencias nocturnas,... les puede salvar la vida!.